Desde 1999 y durante todo lo que va del siglo XXI Lucena ha estado dirigida ininterrumpidamente por gobiernos socialistas. La transformación y modernización vivida en la ciudad a lo largo de estos 24 años es un proceso evidente que nos enorgullece a los lucentinos, y sorprende a los visitantes.
Al frente del Ayuntamiento de Lucena, durante este largo proceso de remodelación integral de la ciudad, han estado dos alcaldes, José Luis Bergillos hasta el año 2011 y Juan Pérez, quien desde entonces, junto al resto de compañeros en el equipo de gobierno, ha venido trabajando en un proyecto de ciudad adaptada a las nuevas tendencias y necesidades; un proyecto que todavía no ha finalizado y para el que necesita renovar su compromiso con los vecinos y vecinas de la ciudad de Lucena el próximo 28 de mayo.
La ciudad que es Lucena
Lucena hoy en día es una ciudad rica en recursos naturales, situada en una comarca inigualable, la Subbética, y llena de potencialidades económicas por su historia y su entorno natural. Pero su mayor riqueza, la que la ha hecho ser una ciudad pujante y motor económico de la comarca, sin duda, son sus gentes y su tradicional espíritu emprendedor que han conseguido que la ciudad se reinvente a sí misma, una y otra vez, en las últimas décadas y que se haya sobrepuesto a sucesivas crisis económicas.
Hemos trabajado en un proyecto común que vela por los intereses generales, avalado por la confianza que depositan, cada cuatro años con su voto, los vecinos y vecinas de Lucena en la gestión socialista, promovido desde un ayuntamiento democráticamente constituido, que pone las luces largas hacia los retos del futuro.
Gracias a este capital de confianza y a la ilusión, la honradez y el buen trabajo realizado por los sucesivos equipos de gobierno se han podido mejorar las comunicaciones y las infraestructuras básicas; ordenar y ampliar el espacio urbano para usos públicos y privados; dotar de espacios para la cultura, el deporte y la participación, de los que la ciudad carecía completamente; recuperar y preservar nuestro patrimonio; realzar aún más, si cabe, nuestras tradiciones; integrarnos en redes turísticas que promocionen nuestra ciudad hacia el exterior; ampliar la oferta educativa y mejorar los centros docentes; apoyar y fomentar las actividades productivas buscando la creación de empleo; desarrollar políticas sociales que atiendan y ayuden a personas y colectivos más desfavorecidos; poner en marcha proyectos y programas para la integración y la igualdad, y un largo etcétera.
Muchos de estos logros se han alcanzado porque se ha sabido buscar financiación en instituciones superiores: fondos autonómicos, estatales y, sobre todo, europeos. Dinero que se ha invertido con acierto y responsabilidad, ejecutando distintos planes estratégicos que han resultado decisivos para la transformación de Lucena. El primero de ellos nos permitió renovar el casco histórico y actualmente estamos desarrollando el segundo plan con fondos EDUSI que se centra en los barrios para conseguir una ciudad, que tanto ha crecido, más cohesionada y accesible.
A lo largo de este casi cuarto de siglo, no todos han sido momentos de expansión. También ha habido momentos críticos como la crisis económica de 2011, que disparó el desempleo en nuestra ciudad, o el más reciente, la pandemia, pues Lucena no ha podido quedar ajena a las circunstancias y avatares de índole nacional o internacional que han marcado la vida de todo el país. En ambas ocasiones se supo dar respuesta a las necesidades de la ciudadanía tomando medidas paliativas como el incremento de los presupuestos de Servicios Sociales.
No podía ser de otra manera, pues no entendemos la política sino como una actividad encaminada a mejorar la vida de las personas.
Avanzando con Lucena
Superados los momentos más duros, hay que seguir pensando en el futuro.
Se han puesto las bases para afrontar los nuevos retos que se vislumbran en el siglo XXI, como son todos los problemas medioambientales, las consecuencias derivadas del cambio climático, el cambio de modelo energético, la escasez de agua para el consumo humano y para la actividad industrial agrícola o ganadera, las nuevas formas de transporte, la sostenibilidad, la digitalización o las nuevas formas de relación del ciudadano con la administración.
Ante cambios de tanto calado, solo podremos diseñar la política municipal, desde la cercanía y la participación, pensando en los jóvenes y en que estos tienen otros intereses y problemas, otras formas de expresión y otra manera de entender el mundo, las relaciones sociales y por tanto, la participación en política.
Lucena ahora es moderna, próspera, igualitaria, solidaria, cultural, mejor formada, abierta al mundo y, por supuesto, está mejor preparada que hace 24 años, para afrontar los retos del futuro.
Todos tenemos una mejor percepción de nuestra ciudad y por tanto de nosotros mismos.
La Lucena actual la hemos construido entre todos, pero aún nos queda mucho trabajo por hacer. Necesitamos a los lucentinos para avanzar, para seguir Construyendo la Lucena del SXXI que todos deseamos con esfuerzo, pasión y mucho corazón.